“La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo, y tú has brillado mucho, Roy.” Esta es la respuesta que Eldon Tyrell le da al androide Roy cuando este exige que aumente su expectativa de vida y evitar ser “retirado”. 

Blade Runner es una película de culto y hoy se le considera un clásico de la ciencia ficción. Estrenada en 1982 se basó en el libro ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968), de Philip K. Dick, quien murió antes del estreno, pero dicen que el director Ridley Scott, le mostró un avance de 40 minutos. 

Pero esta joyita es más que una película de ciencia ficción; es una interpelación sobre lo que significa ser humano en un mundo dominado por la tecnología y qué es lo que nos diferencia de las máquinas. Protagonizada por un joven y guapo Harrison Ford como el detective Rick Deckard, la película lleva a un futuro distópico donde los «replicantes», androides diseñados para trabajar en colonias extraterrestres, son ilegales en la Tierra y perseguidos por los «blade runners», agentes especiales encargados de «retirarlos».

La historia cuestiona nuestra propia humanidad a través de los ojos de los replicantes. A medida ellos persiguen su deseo de una vida más larga y significativa, obligan al espectador a cuestionarse ¿qué nos hace humanos? ¿Es acaso nuestra capacidad de amar la clave de todo?

«Blade Runner» no sólo es un aporte visual con su atmósfera oscura en la que las luces de neón y los destellos de luz artificial tienen su propio protagonismo; la película también tiene una tremenda contribución en materia de bandas sonoras. De la mano del compositor griego Evángelos Odysséas Papathanassíou, más conocido como Vangelis, Ridley Scott consiguió para su obra composiciones melódicas y oscuras con instrumentos clásicos y sintetizadores, mezclando géneros como música electrónica, orquestal, rock progresivo, ambient y new age.

Dentro del reparto es imposible no mencionar al inolvidable Rutger Hauer como el androide que no quiere morir, así como también al legendario Edward James Olmos y la participación de una principiante Daryl Hannah.

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